Jhonny

Debo admitir que la reacción del Conde ante mi idea no me sorprendió, nada de lo que yo decía o hacia le gustaba, todo estaba mal y todo lo que sabía decir, todo siempre era no, no y no, ahora entendía porque el Hotel era tan callado hasta antes de mi llegada, el Conde era muy aburrido y seguramente les decía algo hasta por el ruido que hacían al respirar y eso era triste, porque un lugar lleno de monstruos seguro que podría ser un lugar genial con fiestas, juegos, simplemente la pura diversión pero al parecer, el Conde no conoce esa palabra o algo por el estilo, que fastidio.

-Oye, tranquilo viejo-fue lo primero que dije al ver su ataque de histeria, apuesto a que si tuviera una bombilla o flama en la cabeza, seguro ya habría explotado debido al enfado que tenía en este momento-No es mi culpa que no sepas divertirte-solté sin más porque a veces la actitud del Conde me exasperaba, porque no hacía nada malo y nadie además de él parecía disgustarle mis ideas, quizás tenía que ver con que era humano pero aún así, eso no me convertía en el enemigo-Deberías relajarte, apuesto a que Mavis eso le parecería divertido y original-porque las pocas veces que habíamos estado juntos, había notado como se le iluminaban los ojos cuando experimentaba algo nuevo y era una mirada envidiable que seguro tanto el Conde como yo, queríamos verla en su rostro-Además, después de eso, podríamos disparar fuegos artificiales que dibujen su nombre en el cielo y también algunos lugares del mundo-y me emocioné de solo pensarlo porque apuesto a que sería una genial sorpresa y a Mavis le agradaría ver aunque sea unos segundos los lugares que quería conocer y que su padre no le permitía visitar