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Jane Blanch
karliux Sáb Feb 04, 2017 3:06 am
Jane Blanch
✖ Ella es: Amanda Jannette Blanch ✖
✖ 25 años ● Status: Soltera ● Periodismo ● Locutora en WZK FM ✖
¿Con quién está? Familia ¿Dónde? Casa Blanch
Hace un par de días que había regresado a casa y digo para de días porque ya llevaba viviendo en el pueblo un par de años, me había mudado meses después de terminar la Universidad debido a que Emma me volvía loca con sus comentarios y ofrecimientos para despegar mi carrera como periodista y no es que me disgustara ni nada por el estilo, pero algo que ni ella ni mi mamá entendían era que quería abrirme mi propio camino y ser reconocida por mí talento y no por ser una Blanch porque sabía lo que mi apellido significaba en el mundo de los medios y yo no quería vivir bajo la sombra de ese apellido ni presionarme para cumplir las expectativas de todos porque muchos asociaban nuestro apellido con perfeccionismo y poder y digamos que yo no era para nada así, si solía exigirme pero no era tan exigente como mi progenitora ni mi hermana, tanto así, que nunca había asistido a esas fiestas super lujosas que mi hermana solía dar porque de verdad, me rehusaba a ser “la hermanita de Emma Blanch” y que se me comparara con ella.
Era por esa razón que me había mudado de New York a Northport, un pequeño pueblo al que nuestros padres solían llevarnos de pequeñas cuando querían algo de privacidad, parecía un buen lugar para comenzar mi carrera como periodista porque aunque yo adoraba mi familia, no podía seguir con las discusiones con mi hermana sobre mi carrera, porque ella se aferraba a abrirme las puertas y darme las llaves del reino y yo simplemente no quería, me rehusaba a tener una vida así, por lo que un día simplemente tomé mis cosas y me fui dejando una nota y así fue como pasé de tener un piso lujoso en Manhattan a tener una casa lujosa en el pequeño pueblo de Northport.
Ahora, regresando al presente, hace un par de días había regresado debido a que me había llegado el mensaje de mi hermana avisándome que se venía al pueblo debido a todo el escándalo que se había armado acerca de ella y su marido aunque debo admitir que lo que más me molestaba era que la pequeña Nellie estaba involucrada en todo esto vamos ¡es una niña! Sí bien no le llevaba muchos años, ella no tenía que pasar por esas cosas a su edad, esa era otra cosa por la que me había alejado de mi familia, ya que no quería cometer un error y ser el ojo del huracán, así que uno de mis propósitos era hacer que mi sobrina tuviera la mejor estancia posible y ayudarla a adaptarse al pueblo, porque entendía que sería algo muy difícil para ella y quizás con algo de apoyo, le fuera más leve, pero volviendo a mi regreso, me veo obligada a hacerlo porque tenía que preparar sus habitaciones y demás cosas y fue por esa razón que había interrumpido mis vacaciones pero bueno, supongo que en algún momento recuperaría ese tiempo o al menos, eso pienso.
Justo estaba terminando la que sería la habitación de mi sobrina cuando escuché a mi hermana, por lo que me di prisa y después salí de la habitación rumbo a las escaleras que daban directo a la entrada -¡Nellie!-fue lo primero que dije al ver a mi sobrina y de inmediato corrí a abrazarla de manera cariñosa y a decir verdad, no me sorprendería que a ella le tomara eso por sorpresa (valga la redundancia) debido a que sabía perfectamente que mi hermana era cero cariñosa con ella-Que gusto verte, estás hermosa-dije sonriéndole tras separarme de ella para luego girarme en dirección a mi hermana-Hola, Emma-la saludé con media sonrisa. Sí, quizás con mi hermana fui más seca, pero hace mucho que nuestra relación ya no era la de antes cuando éramos muy unidas y nos contábamos todo, eso acabo cuando ella comenzó a hacer su compañía su universo olvidándose de los demás -¿Qué tal el viaje?-les pregunté a ambas mirándolas de manera alternada esperando que alguna me respondiera
Era por esa razón que me había mudado de New York a Northport, un pequeño pueblo al que nuestros padres solían llevarnos de pequeñas cuando querían algo de privacidad, parecía un buen lugar para comenzar mi carrera como periodista porque aunque yo adoraba mi familia, no podía seguir con las discusiones con mi hermana sobre mi carrera, porque ella se aferraba a abrirme las puertas y darme las llaves del reino y yo simplemente no quería, me rehusaba a tener una vida así, por lo que un día simplemente tomé mis cosas y me fui dejando una nota y así fue como pasé de tener un piso lujoso en Manhattan a tener una casa lujosa en el pequeño pueblo de Northport.
Ahora, regresando al presente, hace un par de días había regresado debido a que me había llegado el mensaje de mi hermana avisándome que se venía al pueblo debido a todo el escándalo que se había armado acerca de ella y su marido aunque debo admitir que lo que más me molestaba era que la pequeña Nellie estaba involucrada en todo esto vamos ¡es una niña! Sí bien no le llevaba muchos años, ella no tenía que pasar por esas cosas a su edad, esa era otra cosa por la que me había alejado de mi familia, ya que no quería cometer un error y ser el ojo del huracán, así que uno de mis propósitos era hacer que mi sobrina tuviera la mejor estancia posible y ayudarla a adaptarse al pueblo, porque entendía que sería algo muy difícil para ella y quizás con algo de apoyo, le fuera más leve, pero volviendo a mi regreso, me veo obligada a hacerlo porque tenía que preparar sus habitaciones y demás cosas y fue por esa razón que había interrumpido mis vacaciones pero bueno, supongo que en algún momento recuperaría ese tiempo o al menos, eso pienso.
Justo estaba terminando la que sería la habitación de mi sobrina cuando escuché a mi hermana, por lo que me di prisa y después salí de la habitación rumbo a las escaleras que daban directo a la entrada -¡Nellie!-fue lo primero que dije al ver a mi sobrina y de inmediato corrí a abrazarla de manera cariñosa y a decir verdad, no me sorprendería que a ella le tomara eso por sorpresa (valga la redundancia) debido a que sabía perfectamente que mi hermana era cero cariñosa con ella-Que gusto verte, estás hermosa-dije sonriéndole tras separarme de ella para luego girarme en dirección a mi hermana-Hola, Emma-la saludé con media sonrisa. Sí, quizás con mi hermana fui más seca, pero hace mucho que nuestra relación ya no era la de antes cuando éramos muy unidas y nos contábamos todo, eso acabo cuando ella comenzó a hacer su compañía su universo olvidándose de los demás -¿Qué tal el viaje?-les pregunté a ambas mirándolas de manera alternada esperando que alguna me respondiera
karliux- Admin
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Edad : 30 -
Re: Jane Blanch
karliux Miér Feb 22, 2017 11:28 am
Nellie Blanch
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as. Eleanor Noelle Blanch
17 años ■ 2º curso ■ Teatro ■ Enfadada
con: Emma y Jane Blanch en: Casa Blanch
Apoyé la frente en el cristal de la ventana mientras mi vista se perdía entre el aburrido paisaje. Había sustituido los grandes rascacielos por casas aburridas de pueblo costero y todo porque a mi madre no se le ocurrió otra cosa que cumplir el tópico de tener una aventura con su asistente, pero claro… mi madre no podía ser normal, no… tenía que llamar la atención tirándose a otra mujer. Había decepcionado a papá y encima nos había convertido en el hazmerreir de la ciudad. En el instituto no paraba de escuchar “ahí va la hija de la comeconejos”. Nos había arruinado la vida tanto a mi padre como a mi. Pero claro, no contenta con eso, me la tenía que arruinar del todo a mi porque como siempre era una bruja egoísta. Ella no podía soportar la vergüenza así que huía al culo del mundo y me arrastraba con ella.
Subí el volumen de la música en el momento en el que escuché como me llamaba y la ignoré. Ese era el plan porque visto lo visto, ponerme a llorar o a pelear no iba a servir de nada, la mejor opción era pasar de ella y hacer como que no existía, porque estaba claro que para mi había dejado de ser mi madre en el momento en el que nos hizo eso a papá y a mi. Lo único bueno que iba a tener todo esto es que estaría con tía Jane, ella era como mi ejemplo a seguir, una persona libre y con sus sueños claros que no se dejaba mandar por la que se adjudicaba el titulo de ser mi madre. Con ella no me iba sentir sola a la hora de fastidiar a mi madre.
De repente, el coche se detuvo ante una casa que ni siquiera me moleste en mirar porque me importaba poco como fuera para mi no dejaría de ser una maldita cárcel. Hice caso omiso a mi madre y le dirigí a la puerta a la espera de que abriera la casa. Una vez abrió, entré y me fui a escapar cuando me acercó a ella – Vaya, ¿Ahora te interesa mi opinión? – dije de mala gana y me aparté enseguida – Mejor sigue haciendo como si no existiera, eso se te da muy bien – me alejé antes de escucharla llamar a mi tía, la cual no tardo en aparecer. Al verla le sonreí y la abracé con fuerza – Tía Jane, tenía muchas ganas de verte – dije antes de separarme – No tanto como tú, tita – miré entonces de reojo a mi madre – Para ella genial, no ves que huye de que la llamen bollera… - dije a desgana – para mi un asco ya que vengo obligada por esa señora – la señalé sin mirarla – Al menos dime que tendré un cuarto para mi sola… - le dije a mi tía antes de empezar a subir las escaleras.
17 años ■ 2º curso ■ Teatro ■ Enfadada
con: Emma y Jane Blanch en: Casa Blanch
Apoyé la frente en el cristal de la ventana mientras mi vista se perdía entre el aburrido paisaje. Había sustituido los grandes rascacielos por casas aburridas de pueblo costero y todo porque a mi madre no se le ocurrió otra cosa que cumplir el tópico de tener una aventura con su asistente, pero claro… mi madre no podía ser normal, no… tenía que llamar la atención tirándose a otra mujer. Había decepcionado a papá y encima nos había convertido en el hazmerreir de la ciudad. En el instituto no paraba de escuchar “ahí va la hija de la comeconejos”. Nos había arruinado la vida tanto a mi padre como a mi. Pero claro, no contenta con eso, me la tenía que arruinar del todo a mi porque como siempre era una bruja egoísta. Ella no podía soportar la vergüenza así que huía al culo del mundo y me arrastraba con ella.
Subí el volumen de la música en el momento en el que escuché como me llamaba y la ignoré. Ese era el plan porque visto lo visto, ponerme a llorar o a pelear no iba a servir de nada, la mejor opción era pasar de ella y hacer como que no existía, porque estaba claro que para mi había dejado de ser mi madre en el momento en el que nos hizo eso a papá y a mi. Lo único bueno que iba a tener todo esto es que estaría con tía Jane, ella era como mi ejemplo a seguir, una persona libre y con sus sueños claros que no se dejaba mandar por la que se adjudicaba el titulo de ser mi madre. Con ella no me iba sentir sola a la hora de fastidiar a mi madre.
De repente, el coche se detuvo ante una casa que ni siquiera me moleste en mirar porque me importaba poco como fuera para mi no dejaría de ser una maldita cárcel. Hice caso omiso a mi madre y le dirigí a la puerta a la espera de que abriera la casa. Una vez abrió, entré y me fui a escapar cuando me acercó a ella – Vaya, ¿Ahora te interesa mi opinión? – dije de mala gana y me aparté enseguida – Mejor sigue haciendo como si no existiera, eso se te da muy bien – me alejé antes de escucharla llamar a mi tía, la cual no tardo en aparecer. Al verla le sonreí y la abracé con fuerza – Tía Jane, tenía muchas ganas de verte – dije antes de separarme – No tanto como tú, tita – miré entonces de reojo a mi madre – Para ella genial, no ves que huye de que la llamen bollera… - dije a desgana – para mi un asco ya que vengo obligada por esa señora – la señalé sin mirarla – Al menos dime que tendré un cuarto para mi sola… - le dije a mi tía antes de empezar a subir las escaleras.
karliux- Admin
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Edad : 30 -
Re: Jane Blanch
karliux Miér Feb 22, 2017 11:33 am
EMMA BLANCH
→ Emma Blanch •• 39 años •• En proceso de divorcio
→ Huyendo
→ con: Eleanor Blanch y Jane Blanch •• en: Casa Blanch
→ Huyendo
→ con: Eleanor Blanch y Jane Blanch •• en: Casa Blanch
Al parecer todo iba a ser mas complicado de lo que yo esperaba…y no es que pensase que esta decisión fuese sencilla, es que la actitud de Jane y Nellie así me lo demostraba. Evidentemente la actitud de Jane había sido mucho mas comedida que la de Nellie, la madurez que suponía había alcanzado le hacía tener reacciones mas templadas conmigo.
Noté como Nellie se separaba de mi en mi intento por abrazarla, y me respondía con ese odio y frialdad…¿Cómo podía pensar que no me importaba nada lo que le ocurriera a ella? ¿De verdad mi hija tenía ese concepto de mí? Es cierto que durante toda su vida yo me había pasado mucho tiempo ocupada trabajando, pero jamás había dejado de atenderla, nunca le había faltado nada, y siempre la protegí. Ella nunca había sido así conmigo, nos veíamos poco, pero teníamos una buena relación. Yo era una persona fría, pero muy protectora del vínculo familiar, y siempre cuidaba mucho que la familia estuviera unida y que no hubiera fisuras, por eso me dolía tanto la actitud de mi hija.
Salí de mis pensamientos al escuchar la voz de Jane, me giré y la vi bajar la escalera. Estaba muy guapa, siempre tenía ese aire desenfadado que tanto me gustaba de ella. Irradiaba aire fresco y felicidad, y en ese momento la envidié por eso, por su vida tranquila y alejada de todos los problemas que nuestro apellido llevaba consigo, pero sobretodo la envidié por como Nellie la miró y la abrazó. Siempre se habían llevado muy bien, y al llevarse pocos años habían sido mas amigas que tía y sobrina, y a mi eso siempre me dio mucha tranquilidad, porque a pesar de todo yo adoraba a mi hermana pequeña, y sentía tranquilidad al saber que Nellie siempre la tendría.
El saludo de Jane fue muy frio, aunque noté un atisbo de sonrisa en sus labios. Yo ya iba preparada para este tipo de recibimiento frio y distante, y precisamente esos comportamientos eran los que hacían que mi coraza se cerrase de nuevo y volviera la Emma fría. Veo que has olvidado como deben bajarse unas escaleras querida, le dije utilizando mi sonrisa mas sarcástica. Desde pequeña ella siempre había sido una niña divertida y alocada, corría por toda la casa y yo siempre había procurado que aprendiera a comportarse como le correspondía, pero siempre nos tomábamos a broma mis lecciones y acabábamos riendo o bromeando sobre cualquier cosa porque ella me llamaba estirada y yo le respondía con un beso a carcajadas. Pero en esta ocasión todo había sido distinto, la vi bajar las escaleras a toda prisa para abrazar a Nellie y estaba dispuesta a bromear con ella, pero su saludo tan distante y tímido a la vez me hizo dar un paso atrás y sacar mi lado mas hostil. De repente nos vi como a dos extrañas, dos personas que apenas se reconocían y eso me provocó un sentimiento de tristeza que no quería tener, así que respiré hondo y actué como la mujer adulta que era…anda ven aquí y dame un abrazo…le dije intentando enmendar mi comentario anterior y extendí mis abrazos hacía ella. Y justo en ese momento, antes de que pudiera abrazar a mi hermana retumbó en mis oídos la frase de mi hija…”Para ella genial, no ves que huye de que la llamen bollera…?” Aquello me atravesó como un puñal, a la vergüenza pública ahora tenía que añadir los comentarios hirientes de mi hija. Yo no estaba acostumbrada a que nadie me faltase al respeto de esa manera, y a lo largo de estas semanas, desde que se supo lo mío con Susan había tenido que aguantar situaciones muy bochornosas para mí, y precisamente por eso había huido de NY, para no tener que seguir soportando eso, por lo tanto no iba a seguir aguantándolo de Nellie tampoco.
Me giré hacia ella y le lancé una mirada tan dura que hasta a mí me sorprendió…Ya está bien Eleanor, le dije alzando un poco la voz. Llevo semanas soportando tus continuos reproches, he aguantado que no me dirijas la palabra, y lo he hecho porque podía entender tu enfado, pero no voy a tolerarte ni una sola falta de respeto mas, ¿Me has entendido? Esto último se lo dije agarrándola del brazo con cierta brusquedad, pero es que ya no podía soportarlo mas, no iba a consentir que mi hija olvidase quien era yo y el respeto que me debía. ¡No me hables si no quieres, sigue comportándote como una niñata maleducada e inmadura, pero jamás vuelvas a usar esa palabra para dirigirte a mí! El tono de mi voz era cada vez mas duro, pero por dentro sentía una debilidad tremenda, me sentí frágil e indefensa, y por un segundo miré a Jane, tal vez buscando algún gesto de complicidad por su parte…mis ojos se pusieron vidriosos y por un instante temblaron mientras miraba a mi hermana, pero no dejé que se escapara ni una sola lágrima, respiré hondo y volví a mirar fijamente a Nellie, no iba a dejar que nadie notase el sufrimiento que llevaba por dentro, pero tampoco iba a consentir mas humillaciones. Y no olvides que “esta señora” como has decidido llamarme ahora es tu madre te guste o no, y soy yo quien decide que debes y no debes hacer y a donde debes ir, así que intenta ser mas amable conmigo y procura no tenerme mas enfadada de lo necesario, porque de mi depende que tu vida aquí sea una vida tranquila y agradable o un puro infierno, ¿Me has entendido? Le dije llena de rabia y gritando al final de la frase.
Era raro en mí perder los nervios de esa forma, yo era una persona templada, y usaba el mismo tono de voz para alagar a alguien que para arrastrarlo por el fango, pero Nellie había conseguido sacarme de mis casillas con aquel insulto soez. ¿Para eso había quedado Emma Blanch? ¿Para que hasta su propia hija la llamase bollera sin ningún tipo de miramiento? No estaba dispuesta a pasar por alto aquel pulso que Nellie me estaba echando.
La solté del brazo y miré de nuevo a Jane mientras respiraba hondo en intentaba calmarme. Solté el bolso sobre la silla que había en la entrada y me quité la americana. Jane, le dije mientras la cogía del brazo y la hacía andar un poco, necesito una habitación donde poder trabajar e instalar mi despacho. Sabía lo mucho que mi hija odiaba que la ignoraran, así que por unos segundos hice como si ella no estuviera allí, y cuando anduvimos unos metros hacia lo que suponía que era el salón de la casa me giré hacia Nellie que seguía junto a la escalera y con un gesto de desinterés absoluto comencé a hablarle de forma muy pausada y gélida, como si nada hubiese ocurrido…Cariño sube las maletas a la planta de arriba mientras hablo con tu tía de algunos asuntos. Sabía que aquello la mataría, y me arriesgué a sacarla de sus casillas, pero precisamente por eso actué de esa forma, debía recordarle al mundo quien era Emma Blanch, y mi hija tenía que ser la primera en recordarlo, aunque en el fondo me dolía ser tan dura con ella, porque era mi mayor debilidad junto a mi hermana y mi madre.
Continué con Jane hasta el salón, y al llegar allí la solté y me paré frente a los ventanales. Es una casa adorable peque, le dije a Jane sin dejar de mirar al exterior, así es como yo solía llamarla de pequeña y hasta que nuestra relación se enfrió. Verdaderamente me sentía muy sola, pero no iba a dejar que nadie lo notase.
Espero que nuestra llegada no te haya supuesto un problema muy grande, pero necesitaba salir de allí, y no se me ocurrió un sitio mejor…aquí hasta yo misma noté como se me quebraba la voz, mamá me sugirió este lugar. Entonces me di la vuelta y me senté en un gran sillón orejero que había junto al sofá, me encendí un cigarrillo y mientras aspiraba el humo profundamente miraba a Jane fijamente en silencio. Doy por hecho que ya estás al tanto de todo lo que ha ocurrido entre Peter y yo…volví a dar una calada al cigarro, siempre con movimientos lentos. ¿Qué has oído sobre el tema? Necesito saber que se dice realmente de mí, y quiero oírlo de una persona que se que no me mentirá, y esa persona eres tú peque, así que siéntate, le dije poniendo mi mano sobre el sofá. No podía evitarlo, siempre intentaba llevar a las personas que me rodeaban hacia donde yo quería, y Jane me conocía…
Noté como Nellie se separaba de mi en mi intento por abrazarla, y me respondía con ese odio y frialdad…¿Cómo podía pensar que no me importaba nada lo que le ocurriera a ella? ¿De verdad mi hija tenía ese concepto de mí? Es cierto que durante toda su vida yo me había pasado mucho tiempo ocupada trabajando, pero jamás había dejado de atenderla, nunca le había faltado nada, y siempre la protegí. Ella nunca había sido así conmigo, nos veíamos poco, pero teníamos una buena relación. Yo era una persona fría, pero muy protectora del vínculo familiar, y siempre cuidaba mucho que la familia estuviera unida y que no hubiera fisuras, por eso me dolía tanto la actitud de mi hija.
Salí de mis pensamientos al escuchar la voz de Jane, me giré y la vi bajar la escalera. Estaba muy guapa, siempre tenía ese aire desenfadado que tanto me gustaba de ella. Irradiaba aire fresco y felicidad, y en ese momento la envidié por eso, por su vida tranquila y alejada de todos los problemas que nuestro apellido llevaba consigo, pero sobretodo la envidié por como Nellie la miró y la abrazó. Siempre se habían llevado muy bien, y al llevarse pocos años habían sido mas amigas que tía y sobrina, y a mi eso siempre me dio mucha tranquilidad, porque a pesar de todo yo adoraba a mi hermana pequeña, y sentía tranquilidad al saber que Nellie siempre la tendría.
El saludo de Jane fue muy frio, aunque noté un atisbo de sonrisa en sus labios. Yo ya iba preparada para este tipo de recibimiento frio y distante, y precisamente esos comportamientos eran los que hacían que mi coraza se cerrase de nuevo y volviera la Emma fría. Veo que has olvidado como deben bajarse unas escaleras querida, le dije utilizando mi sonrisa mas sarcástica. Desde pequeña ella siempre había sido una niña divertida y alocada, corría por toda la casa y yo siempre había procurado que aprendiera a comportarse como le correspondía, pero siempre nos tomábamos a broma mis lecciones y acabábamos riendo o bromeando sobre cualquier cosa porque ella me llamaba estirada y yo le respondía con un beso a carcajadas. Pero en esta ocasión todo había sido distinto, la vi bajar las escaleras a toda prisa para abrazar a Nellie y estaba dispuesta a bromear con ella, pero su saludo tan distante y tímido a la vez me hizo dar un paso atrás y sacar mi lado mas hostil. De repente nos vi como a dos extrañas, dos personas que apenas se reconocían y eso me provocó un sentimiento de tristeza que no quería tener, así que respiré hondo y actué como la mujer adulta que era…anda ven aquí y dame un abrazo…le dije intentando enmendar mi comentario anterior y extendí mis abrazos hacía ella. Y justo en ese momento, antes de que pudiera abrazar a mi hermana retumbó en mis oídos la frase de mi hija…”Para ella genial, no ves que huye de que la llamen bollera…?” Aquello me atravesó como un puñal, a la vergüenza pública ahora tenía que añadir los comentarios hirientes de mi hija. Yo no estaba acostumbrada a que nadie me faltase al respeto de esa manera, y a lo largo de estas semanas, desde que se supo lo mío con Susan había tenido que aguantar situaciones muy bochornosas para mí, y precisamente por eso había huido de NY, para no tener que seguir soportando eso, por lo tanto no iba a seguir aguantándolo de Nellie tampoco.
Me giré hacia ella y le lancé una mirada tan dura que hasta a mí me sorprendió…Ya está bien Eleanor, le dije alzando un poco la voz. Llevo semanas soportando tus continuos reproches, he aguantado que no me dirijas la palabra, y lo he hecho porque podía entender tu enfado, pero no voy a tolerarte ni una sola falta de respeto mas, ¿Me has entendido? Esto último se lo dije agarrándola del brazo con cierta brusquedad, pero es que ya no podía soportarlo mas, no iba a consentir que mi hija olvidase quien era yo y el respeto que me debía. ¡No me hables si no quieres, sigue comportándote como una niñata maleducada e inmadura, pero jamás vuelvas a usar esa palabra para dirigirte a mí! El tono de mi voz era cada vez mas duro, pero por dentro sentía una debilidad tremenda, me sentí frágil e indefensa, y por un segundo miré a Jane, tal vez buscando algún gesto de complicidad por su parte…mis ojos se pusieron vidriosos y por un instante temblaron mientras miraba a mi hermana, pero no dejé que se escapara ni una sola lágrima, respiré hondo y volví a mirar fijamente a Nellie, no iba a dejar que nadie notase el sufrimiento que llevaba por dentro, pero tampoco iba a consentir mas humillaciones. Y no olvides que “esta señora” como has decidido llamarme ahora es tu madre te guste o no, y soy yo quien decide que debes y no debes hacer y a donde debes ir, así que intenta ser mas amable conmigo y procura no tenerme mas enfadada de lo necesario, porque de mi depende que tu vida aquí sea una vida tranquila y agradable o un puro infierno, ¿Me has entendido? Le dije llena de rabia y gritando al final de la frase.
Era raro en mí perder los nervios de esa forma, yo era una persona templada, y usaba el mismo tono de voz para alagar a alguien que para arrastrarlo por el fango, pero Nellie había conseguido sacarme de mis casillas con aquel insulto soez. ¿Para eso había quedado Emma Blanch? ¿Para que hasta su propia hija la llamase bollera sin ningún tipo de miramiento? No estaba dispuesta a pasar por alto aquel pulso que Nellie me estaba echando.
La solté del brazo y miré de nuevo a Jane mientras respiraba hondo en intentaba calmarme. Solté el bolso sobre la silla que había en la entrada y me quité la americana. Jane, le dije mientras la cogía del brazo y la hacía andar un poco, necesito una habitación donde poder trabajar e instalar mi despacho. Sabía lo mucho que mi hija odiaba que la ignoraran, así que por unos segundos hice como si ella no estuviera allí, y cuando anduvimos unos metros hacia lo que suponía que era el salón de la casa me giré hacia Nellie que seguía junto a la escalera y con un gesto de desinterés absoluto comencé a hablarle de forma muy pausada y gélida, como si nada hubiese ocurrido…Cariño sube las maletas a la planta de arriba mientras hablo con tu tía de algunos asuntos. Sabía que aquello la mataría, y me arriesgué a sacarla de sus casillas, pero precisamente por eso actué de esa forma, debía recordarle al mundo quien era Emma Blanch, y mi hija tenía que ser la primera en recordarlo, aunque en el fondo me dolía ser tan dura con ella, porque era mi mayor debilidad junto a mi hermana y mi madre.
Continué con Jane hasta el salón, y al llegar allí la solté y me paré frente a los ventanales. Es una casa adorable peque, le dije a Jane sin dejar de mirar al exterior, así es como yo solía llamarla de pequeña y hasta que nuestra relación se enfrió. Verdaderamente me sentía muy sola, pero no iba a dejar que nadie lo notase.
Espero que nuestra llegada no te haya supuesto un problema muy grande, pero necesitaba salir de allí, y no se me ocurrió un sitio mejor…aquí hasta yo misma noté como se me quebraba la voz, mamá me sugirió este lugar. Entonces me di la vuelta y me senté en un gran sillón orejero que había junto al sofá, me encendí un cigarrillo y mientras aspiraba el humo profundamente miraba a Jane fijamente en silencio. Doy por hecho que ya estás al tanto de todo lo que ha ocurrido entre Peter y yo…volví a dar una calada al cigarro, siempre con movimientos lentos. ¿Qué has oído sobre el tema? Necesito saber que se dice realmente de mí, y quiero oírlo de una persona que se que no me mentirá, y esa persona eres tú peque, así que siéntate, le dije poniendo mi mano sobre el sofá. No podía evitarlo, siempre intentaba llevar a las personas que me rodeaban hacia donde yo quería, y Jane me conocía…
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